Ayer hizo un mes desde que AMOR presentó nuestra documentación en el Ministerio de Justicia de Bulgaria. En un plazo de dos o tres semanas deberíamos recibir la noticia de que está todo correcto y que nos aceptan como candidatos. Estaremos al fin oficialmente en lista de espera con fecha de 26 de enero, cuando se registró la entrada del expediente.
Ayer una compañera decidió que me iba a contar que tiene unos amigos que llevan esperando no sé cuántos años para Etiopía y que se había parado o no sé qué (perdonad la inconsistencia de la información, es que cuando vi por dónde iban los tiros sólo quería largarme y dejar de escuchar, lo primero no lo hice por educación, lo segundo, sí). Ella le había preguntado a su amiga por qué no cambiaban de país. Claro, los que sabéis de esto os estaréis llevando las manos a la cabeza, por desgracia la gente desconoce los procesos y no se da cuenta de lo hirientes que pueden ser ciertos comentarios. Obviamente la mujer le dijo que eso supondría empezar de cero otra vez. Lo que esa persona necesitaba era un "qué putada", nada más, probablemente. Me han venido a la mente aquellas veces que no salían bien las FIV y recibía comentarios tipo "bueno, pues a la próxima". No se puede pretender que la gente sepa de todo, ya, pero ojalá se limitaran a llorar conmigo y echarme la mano alrededor del hombro en vez de proponer soluciones que no sólo no lo son, sino que además disparan mi ira por la frustración que suponen.
El disgusto de la amiga de mi compañera no me ayuda en nada. Es como contarle a una embarazada las desgracias que le han pasado a otra. ¿Por qué no nos callamos a tiempo? ¿Por qué añadir desazón y angustia a alguien que ya sufre?
Antes me había encontrado con una embarazada en el baño y me comentaba sus molestias y lo largo que se le estaban haciendo los nueve meses, ¡pues cómo se me harán a mí los años que llevo y que me quedan!
Antes me había encontrado con una embarazada en el baño y me comentaba sus molestias y lo largo que se le estaban haciendo los nueve meses, ¡pues cómo se me harán a mí los años que llevo y que me quedan!
Está claro que todo esto me ha removido por dentro porque he soñado un montón y me he despertado con dolor de dientes por apretarlos. He soñado con un grupo de niños búlgaros que jugaban en la calle y se reían porque andaban haciendo alguna travesura. Mi madre y yo los mirábamos, pero no me parecía que fuera con nosotras. Y de pronto me decía que yo estaba embarazada por la forma de mi cara. Cosas extrañas que me manda el subconsciente.
Es la tercera vez que sueño que estoy embarazada, supongo que algo dentro de mí cree que sería la forma más fácil de acabar con todo esto. Pero me he levantado y la forma de mi cara sólo puede decir, como mucho, que estoy hinchada como cuando duermes poco y mal.
Se me junta que el lunes hace un año que me transfirieron mis dos embrioncillos y llevo unos días acordándome mucho. Deseando haber acudido a esa transfer con el ánimo y paz interna que tengo hoy. No puedo evitar pensar que quizá así habría ido mejor la cosa. Y claro, eso sólo tortura, no sirve para nada más. Así que como me he despertado un poco tristoncilla, me he propuesto animarme, y mientras desayunaba me hecho una ecografía particular. He buscado la de aquella transferencia y me he plantado un mapa de Bulgaria, como una que vi en Internet con el de China incrustado.
Me ha parecido genial hacerlo sobre una eco mía, sin embargo, como aquello no terminó bien no he terminado de decidir si me gusta o no, así que he hecho otra con una que he sacado de la red y que os puede gustar a vosotros también. Tampoco conseguía decidirme sobre el color del mapa, si más claro o más oscuro. He estado viendo ecografías de embarazos y no he salido de dudas. Las comparto todas para que os descarguéis la que más os guste, si es que también estáis embarazados burocráticamente de una criatura búlgara.
Y si os sabéis perfectamente el mapa de donde va a venir vuestr@ niñ@ y lo preferís sin texto, pues hala.