Quienes siguen mis peripecias en
Facebook ya saben que, después de mes y medio de comerme las uñas, hace unos días descubrí que nos habían dado la
idoneidad. ¡Hurra! Lo cierto es que tiene que llegar a casa la carta con el certificado y las instrucciones de lo que hay que hacer ahora, pero hoy en día contamos con una maravilla que se llama
DNI electrónico que me ha permitido saberlo antes. Necesitamos igualmente que llegue el papelito para seguir con los trámites, pero no es lo mismo esperar sabiendo que eres idónea que preguntándote si habrá ido algo mal.
En cuanto al DNIe, deciros que la primera vez que lo usáis es un rollo porque tienes que descargarte lo necesario para poderlo utilizar, pero os aseguro que después vuestra vida cambiará. Los tediosos papeleos no lo son tanto al evitarte colas y paseos. Nosotros que hemos tenido que pedir varias veces un montón de documentos como certificado de antecedentes penales, de matrimonio, de nacimiento, de empadronamiento, de renta, etc., hemos podido hacerlo todo en un rato y obtenerlos en el momento porque lo que te imprimes tiene un código que le otorga la validez necesaria. Esto facilita mucho las cosas.
Y así fue cómo descubrí que la Comisión de Tutela del Menor ya se había pronunciado respecto a nuestro expediente.
Recuerdo que la noche antes me había despertado a las 2 de la mañana. Estaba soñando con la adopción, no sé muy bien con qué, con todo en general, pero sé que retumbaba en mi cabeza la dichosa palabrita como si la niña de la curva susurrara, "idoneidad... Idoneidad..." Me tuve que ir al salón a ver una peli porque no había manera de conciliar el sueño. Allí me dieron las 5 y pico, y decidí meterme en la cama la escasa hora que me quedaba antes de que sonara el despertador, sin poder dejar de pensar en que en cuanto llegara al trabajo, probaría a meter en el DNI en la ranurita mágica.
Y así lo hice. Y cuando en la web de la Comunidad de Madrid vi que ya habían estudiado nuestro caso y que habían llegado al acuerdo de que éramos idóneos me puse nerviosísima. Muy contenta, pero nerviosa a más no poder. No me salía llorar, aunque me lo pedía el cuerpo, y quería dar un par de gritos, pero habrían flipado en el trabajo.
¡Qué alegría, madre mía! Con el miedo que tenía a que alguna cosa no la vieran clara, sobre todo después de que llamara la trabajadora social para preguntar sobre la eventualidad de mi trabajo y demás.
Se lo dije a mis compañeros. Pagué el desayuno y luego las cañas. No di pie con bola en el trabajo en todo el día, incapaz de concentrarme. Entré 9 veces más a comprobar que seguíamos siendo idóneos, con mi DNIe. Se me hizo eterna la hora hasta que abrieron el IMMF y llamé para preguntar si me podía poner contenta por lo que había visto. Y es que esa palabra extraña que se lee por culpa de que el sistema no coge bien la tilde de la "o" hace que me entren dudas de si realmente pone lo que pone. Vosotros leéis "idóneo", no? :)
El caso es que estaba esperando a que llegara la carta para contároslo todo bien, pero como a partir de la experiencia de unos compañeros del curso sabemos que tarda más dos meses en llegar (no me extraña que tarden en darnos a nuestro hijos tantos años...), lo celebro con vosotros ya, que no me aguanto más.
Si desconocéis el procedimiento, podéis no entender la alegría y que os parezca un mero paso más. Pero no, que tiene cierta chicha, al fin y al cabo hay más opositores a padres que niños adoptables y tienen que cribar de alguna manera, aparte de que te van a dar un niño y tienes que demostrar estar preparado en todos los sentidos, por supuesto.
Por ejemplo, hay situaciones en las que no es posible adoptar y son:
Y en cuanto a las cosas que tienen en cuenta en la evaluación:
Adoptar un hijo no es lo mismo que tenerlo biológicamente, en cuanto a la preparación de los padres. Un niño que viene de otra familia necesitará explicaciones y muuuuuuuucho apoyo. También nosotros tenemos que tener los pilares de este proyecto bien firmes cuando nos sepamos el centro de miradas y comentarios cotillas. Por eso, te hacen un escáner que va desde tu más tierna infancia a tu día a día, incidiendo en cosas íntimas o temas que vean de importancia: cómo es la pareja, la familia, las relaciones, tu trabajo, tu tiempo libre, la idea de paternidad, la visión de los hijos...
Hay quien confunde adopción con altruismo. No es lo mismo, y es peligroso equipararlo. Cuando tú colaboras con una ONG o una causa cualquiera de manera desinteresada, lo haces de forma puntual y te da cierto gustito hacerlo, no nos engañemos. Haces una buena obra y eso repercute en tu autoestima porque te hace sentir bien contigo mismo. Ojo, que no le estoy quitando valor al tema, estoy tratando de explicaros que la adopción no va de rescatar a nadie, sino de ser padre. Y que como lo hagas con la idea de salvar a un pobre niño, te vas a dar un tortazo cuando el pobre niño se convierta en adolescente insolente y desagradecido. Un hijo es un hijo. Y como hijos que somos sabemos cuánto han hecho nuestros padres por nosotros y qué poco se lo hemos agradecido. Es ley de vida. Si adoptas por ayudar, te sentirás muy decepcionado cuando ese hijo se comporte como cualquier otro en vez de hacerte la ola a cada rato. Quizá pienses "con todo lo que he hecho por él", y ahí mismo, justo en ese momento, comprenderás que la has cagado has liado. Que esto trataba de hijos y padres exactamente iguales que los que comparten el ADN. Que no tiene que agradecerte nada, no te debe nada, que es tu hijo. ¿Me explico?
Bueno, pues la motivación es una de las cosas en las que inciden, precisamente por evitar esto, o asegurarse de que no quieres formar una familia multiétnica porque Angelina y Brad la tienen y te parece muy cool. En mi caso, estaba clara, después de tratamientos de todos los tipos y colores, y las fases mentales y vitales que hemos ido pasando.
Si queréis saber más todo sobre lo que nos preguntan leed aquí (
CLIC)
Y bueno, que lo importante es que han evaluado nuestro expediente y nos han considerado idóneos para un niño búlgaro de 0 a 3 años. Ya estamos un poquito más cerca.
Me preguntáis mucho "y ahora qué". Pues ahora todo. Pero bueno, con (más) paciencia.
Tardarás, sí. Pero serás para toda la vida. Te espero.